El
reino de Dios nuestro Canaán
Jn
3:5 Respondió Jesús: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar
en el reino de Dios.
El
reino de Dios lo predicaba Juan el bautista, lo predico Jesús, y es la esfera
del gobierno de Dios, solo aquellos que
lo han reconocido como Señor y salvador naciendo de nuevo pueden vivir en él, la
soberanía del gobierno de Dios está por encima de la rebelión del hombre, aun cuando
el hombre caído viva en un gobierno de rebelión los recién nacidos ya no están
bajo esa influencia, las leyes del gobierno o reino de Dios no han cambiado
siguen siendo las mismas, pero, nosotros somos diferentes, ahora a través del poder del Espíritu Santo
podemos obedecerle y cumplir sus mandamientos, Heb10:16 “Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré” al obedecer y disfrutar de esta bendición hemos
entrado a la tierra de Canaán, no está lejos de nosotros “el Reino de Dios está
entre vosotros” Lcs 17:21 esta en tiempo presente, y allí está el rey y su
gobierno, el lugar donde se encuentra, es, primeramente, el corazón del
creyente, Efe 3:17 luego en las iglesias
de Dios Col 1:27, es indispensable decir que en el gobierno de Dios solo Jesús
reina y él es el Señor; Lcs 6:46 “¿Por
qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” por eso debemos
obedecerle.
LA
TIERRA DE CANAÁN (REINO DE DIOS) UN LUGAR PREPARADO POR DIOS PARA SU PUEBLO:
Èxo 23:20
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el
camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado”
El
mejor lugar en donde debo estar es el lugar en donde él ha elegido para mí,
allí es donde seré bendecido, fortalecido, enseñado y guardado, Dios preparo la
tierra de Canaán para los israelitas, y Dios preparo y nos dio el reino de los
cielos, si me mantengo allí de seguro me ira bien, pero, no olvidemos que aun
vivimos en el mundo, pero no andamos en
él, y debemos de mostrar una actitud diferente hacia el mundo, no debemos
esclavizarnos de nuevo y para lograr debemos de crecer, Isa 7:15 “Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar
lo malo y escoger lo bueno” ya lo habíamos dicho la leche y la miel son
las bases del crecimiento, es el ABC cristiano, son los fundamentos y ellas nos
llevaran a crecer.
Primeramente
debemos de crecer para desechar lo malo, es decir librarnos de lo que hemos
aprendido mal, sin fundamento y sin Dios, el mundo nos dio la vanagloria, y eso
debemos quitarlo. Satanás nos ofreció su carácter y debemos despojarnos de él,
pero, para que lo podamos desechar debemos entender que lo traemos puesto,
nadie puede quitarse algo sin saber que lo trae, solo los recién nacidos
entenderán que han pecado y pedirán a Dios que les ayude mostrándoles las
faltas para así despojarse de ellas. También debemos desechar las tradiciones,
las fabulas, los pensamientos erróneos, todo aquello que no agrade a Dios y que
su Espíritu Santo nos muestra.
Segundo
debemos escoger lo bueno; para lograrlo debemos de examinarlo; 1Ts 5:21 “Examinadlo todo; retened lo bueno” es decir
investigar, escudriñar con detalle si lo que está frente a nosotros cumple con
los parámetros bíblicos, si edifica, tiene propósito y agrada a Dios, no
debemos tomar las cosas a la ligera y mucho menos estando en un mundo sin Dios
y sin Cristo, estemos atentos.
EL
CRECIMIENTO NOS LLEVARA APRENDER
Mat
11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas”
El
mundo cree que ser manso es sinónimo de debilidad y tontera, ellos lo entienden
así, una persona mansa es aquella que se deja de todo y lo toman de su puerquito,
pero nosotros sabemos que una persona
mansa es aquella que ha logrado madurar bajo circunstancias adversas, nada lo
mueve, tiene dominio propio y no es dominado por su carne, pero; sabemos que
esta mansedumbre no solo es en lo exterior, primeramente descansa en lo interno
hacia Dios, afectando su alma y manifestándolo hacia Dios y el prójimo, ser
manso no es fácil, pero, no es imposible lograrlo.
Ahora;
ser humilde para el mundo es señal de pobreza, sin conocimiento, sin estudio,
pero, una persona humilde es aquella que reconoce que necesita de algo o
alguien para cambiar, es aquella que deja el orgullo y la soberbia fijándose en
la necesidad de Dios en él.
PORQUE
DEBO CRECER:
1Co
13:11 “Cuando yo era niño, hablaba como
niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo
que era de niño”
Necesitamos
crecer para ya no hablar como niño y ¿cómo habla un niño? ofende Stg 5:16, 3:2,
usa palabras deshonestas Efs 5:4 palabras lisonjeras 1Tès 2:5 palabras
contenciosas 1Tim 6:4, palabras fingidas 2Ped 2:3 palabras infladas y vanas 2
Ped 2:18, palabras malignas 3Jn 1:10, palabras amenazadoras Efs 6:9
Necesitamos
crecer para pensar diferente ya que los niños espirituales piensan mucho de sí
y poco de los demás, es arrogante, soberbio Rom 12:3 piensa que los logros que
ha hecho se lo merece porque se ha esforzado en todo y no le da gloria a Dios
2Cor 3:5
Necesitamos
crecer para no juzgar: el que ha crecido ya no juzga a su hermano; Rom 14:4,
14:10
Debo
crecer para echar mano de la vida eterna: 1Tim 6:12
EN
QUE DEBEMOS DE CRECER:
2Pe 3:18 “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de
la eternidad. Amén”
2Ts
1:3 “Debemos siempre dar gracias a Dios
por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el
amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás”
Y
si crecemos “ya no seremos niños fluctuantes llevados por doquier” Efs 4:14
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